Project 333

 

Al mudarnos a España dejamos muchas (MUCHAS) cosas atrás. Me di cuenta, sin mucho sacrificio, haciendo las maletas, de que prácticamente todo lo que me traía conmigo era de un par de tiendas. El resto, lo regalé a amigas que sé que les darán un buen uso o lo doné. Fueron más de veinte bolsas grandes de ropa lo que saque de mi closet. Primero, al venirnos por tres meses a Madrid, y luego, al decidir quedarnos en España. Lo curioso de todo esto es que estoy segura de que cuando vaya en Mayo, voy a seguir regalando cosas y traerme justo lo necesario… y de eso ¡regalaré mas acá!. Es increíble todo lo que podemos acumular sin darnos cuenta. No es solo un “spring cleaning”, deberíamos estar obligados a mudarnos cada cierto tiempo y entender que llenar gaveta tras gaveta es innecesario. Por ahi he escuchado “Si necesitas comprar una cómoda, gavetas o ampliar tu closet para guardar tus cosas… tienes demasiadas pertenencias que nunca vas a usar”.

A mediados de Septiembre de 2017, estaba buscando documentales en Netflix que no fueran sobre política o guerras y me topé con Minimalism, el cual relata la historia de dos chicos que dieron una vuelta trascendental a su vida y dejaron atrás todo aquello que de verdad no era necesario (para ellos). Se dieron cuenta de que podían vivir con todo en una maleta, que sus casas solo necesitaban un par de muebles y que su felicidad no depende de adquisiciones materiales.

Poco a poco he adoptado más este concepto en mi día a día. Muchos creen entenderlo y que es fácil hacerlo. Pero cuando crecemos envueltos en una sociedad inclinada hacia el consumo indiscriminado (un consumismo, que como bien lo explican en el documental, está inclinado hacia comprar todo el tiempo, mas no tener consciencia de dónde viene el producto) se nos hace difícil el cambiar el ritmo con el que nos topamos con la caja registradora (¡o amazonPrime!). No solo está asociado con ropa, sino con la comida (Cuánto debes desechar a la semana/mes de la compra? logras comerlo todo antes de que se dañe?/puedes ver fácilmente lo que tienes en la nevera?), recuerdos como fotos, álbumes, cartas y así una infinidad de caminos que tocan este punto: el minimalismo.

En el 2017 compré probablemente cinco cosas y tres eran para mi hija. Entendí que debo usar lo que tengo hasta que no dé más y de allí buscarle otro uso. Sí tengo piezas que quiero conservar en el tiempo, como las carteras. Espero que mi hija las disfrute y que sean su pieza vintage al vestir. Lo que sí me queda claro de nuestro experimento del 2017 es que el estar más tranquila porque no tengo presión de comprar y estrenar algo siempre, me da una sensación de libertad plena. He tenido momentos de tristeza, pero cuando son de alegría no están condicionados a una compra… ha sido muy bonito volver a conectar con paisajes, costumbres y gente que quiero muchísimo. Emplear tiempo en aspectos de la vida que nos llenan de Prana es mi nuevo lema.

Nada de esto quiere decir que hay que vivir con “la casa pelada”. Soy la primera en decir que necesito crear un hogar en mi nuevo piso. Necesito tener mis decoraciones, mis cuadros. Lo atractivo de este enfoque es que ese adorno va a estar contigo para toda la vida, así lo muevas de salón. Cada objeto que decidas comprar tendrá un propósito, tendrá un lugar donde brillar.

¡En fin!, volviendo al documental. Cuenta con varias entrevistas y colaboradores, entre ellos Courtney Carver, que empezó Project 333 en el año 2010. Básicamente, Project 333 consiste en tener 33 piezas de ropa (y accesorios) por tres meses. Los que vivimos en climas de cuatro estaciones tenemos la habilidad de cambiar esas 33 piezas para el nuevo clima, lo cual hace el uso de las 33 piezas demasiado sencillo (a mi parecer).

Ya este es mi segundo trimestre con esta filosofía de vida y ¡me encanta!. Si compro algo, busco que sea duradero, piezas que perduren en el tiempo sin perder mi estilo. Mi meta para los próximos dos años es tener un repertorio de tiendas tanto de ropa, calzado como artículos de belleza que vayan de la mano con el concepto de Upclycling“, que no usen pruebas en animales (para el caso de artículos de belleza) y que busquen reducir la contaminación que genera la industria de ropa en el medio ambiente.

Aquí les dejo mis 33 piezas del primer trimestre del 2018. Las 33 piezas engloban calzado, carteras, ropa (no la que se usa para estar en casa, ni ropa interior) y joyas. En mi caso, tengo UN objeto de más porque siempre uso los mismos zarcillos y los que aparecen en la foto son solo usados una o dos veces al año.

 

 

 

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